Las parejas son como organismos vivos y como todo ser viviente está condenado a evolucionar o morir. Durante el paso del tiempo las relaciones atraviesan por diversas fases que generan cambios y permiten evolucionar. Te invito a que nos acompañes a conocer las cuatro fases evolutivas en pareja.
La primera fase de una relación de pareja suele tener un periodo de tres a seis meses y es aquella que conocemos como enamoramiento, durante esta fase permanecemos en un estado de obnubilación, encanto y solemos tener la necesidad permanente de estar al lado del otro para compartir diferentes situaciones, actividades, salidas en familia, obtener un reconocimiento en su grupo social y ser parte de su día a día.
El enamoramiento tiene muy poco o nada de racional, a lo largo de esta fase nos fundimos con el otro, no queremos ni necesitamos más, sólo deseamos sentir y ser sentidos, aquí el mundo sobra, las hormonas nos dan un aporte valioso ya que se generan descargas de hormonas como la dopamina y la norepinefrina (las hormonas de la euforia y el romance) lo que lleva a no ser muy racionales entre la pareja.
Si se supera esta fase del enamoramiento se puede dar el siguiente paso a la segunda fase.
Tras el impacto inicial, comienza una etapa mucho más sesgada y marcada por la exploración interior, esta fase tiene un periodo de los seis meses a los tres años y es aquí donde la pareja ya tiene un sentido como tal, en este periodo se involucran dos nuevas hormonas como lo es la Oxitocina (la hormona del compromiso), donde su misión es causar el desarrollo de los vínculos de confianza en la pareja, permite estimular la estabilidad y seguridad de la misma, por otro lado está la vasopresina (la hormona de la fidelidad), estudios han demostrado que a través de esta hormona se puede dejar de tener relaciones de forma poligámica a estar en relaciones de monogamia.
En esta fase las cosas entre la pareja tienden a cambiar, se empiezan a generar silencios y la monotonía a establecerse, dado que las hormonas de la fase anterior vuelven a sus niveles normales y si a esto se le suma que la pareja no tenga iniciativa en alimentar la relación desde el amor, las turbulencias hacen su aparición. Esta etapa tiene su final aproximadamente entre el séptimo y octavo año de la relación.
Así que en esta fase la intención es mantener la llama del amor, donde se reconozca al otro constantemente, puesto que de nada sirve elogiar a tu pareja si al dia siguiente vas a estar generando reproches y discusiones, es muy probable que durante esta fase uno de los miembros de la pareja comience a desengancharse abriéndose paso a la rutina.
Lo complejo de esta fase es que aparece la lucha del Ego, ya la figura de pareja o de equipo pasa a un segundo plano pues lo importante no es el otro si no uno mismo y se enfocan en él Yo tengo, Yo quiero, Yo primero. Ahora bien, si se supera esta fase de turbulencias, volverá la calma. Las parejas que han sabido superar de forma unida los vientos desfavorables podrán encontrar el equilibrio y paz para la etapa siguiente.
En esta última fase que inicia aproximadamente al séptimo año, la pareja entra en un periodo de relativa calma, dado que las discusiones disminuyen así como los desacuerdos, ya se han adquirido las rutinas dentro de la relación brindando seguridad y confianza en la misma, las confrontaciones son gestionadas en ambas partes permitiendo que el reconocimiento del otro se dé de manera más natural, dejando que el malestar de ciertos momentos tensos sean en calma sin enojos ni resentimientos, asumiendo cada una de las partes su responsabilidad sin pretender buscar culpables, brindando como resultado que la serenidad presida la sana convivencia. Si logras pasar por cada una de estas fases vas direccionado en el sentido correcto de la relación de pareja.
Referencias Bibliográfica
(JOSE AMADOR DELGADO MONTOTO, 2017)